ESPECIAL VINOS ALEMANES
(Bodeboca)
En Alemania, el límite norte del cultivo de la vid en Europa, la variedad reinaes blanca y se llama Riesling. Ningún otro lugar en el mundo es capaz de producir Rieslings con un perfecto equilibrio entre fruta dulce, acidez y mineralidad. Viajamos concretamente al oeste y al sur del país, siguiendo los bonitos meandros de los valles fluviales, en particular el Rin y sus afluentes, buscando aquellas latitudes con mayor insolación donde la variedad madura en las mejores condiciones.
Resumiendo mucho, la Riesling posee dos grandes virtudes, cuando son jóvenes (hasta dos años después de su cosecha) son perfectos para disfrutarlos muy frescos en un día caluroso. Si se guardan, y esperamos unos 10 años,evolucionan muy bien en botella y se convierten en algo exquisito.
Hemos seleccionado tres vinos de diferentes terroirs para que podáis apreciar las virtudes de una variedad que es sinónimo de mineralidad en blancos. Empezando con Mosela, la más antigua y también la más grande, caracterizada por un paisaje de laderas y terrazas en pendiente. Mittelmosel es el corazón de Mosela y aquí se elaboran los grandes Riesling de la región, que provienen de viñas clasificadas en el rango más alto de calidad. Fritz Haag Riesling 2011 es el básico de una de las más legendarias y respetadas de Mosel y perfecto para los no iniciados.
En Nahe, al sudoeste de Alemania, los suelos tienen un pasado volcánico y esta circunstancia otorga unas cualidades únicas al terroir. La rara variedad de minerales y basalto ayuda a enriquecer los nutrientes de los que se alimentan las cepas y entrega Rieslings con un marcado perfil mineral, que se suele identificar con un sabor cenizo. De ahí proviene el Dönnhoff Riesling Troken 2010, suave, agradable y ligeramente dulce al principio, cuando se atempera en la copa se hace evidente su origen mineral.
Y en Pfalz o el Palatinado los vinos tienen más cuerpo y son más redondos. Es una zona más apta para los Rieslings secos por su mayor número de días soleados y altas temperaturas. Los macizos montañosos de Haardt actúan como protector natural del frío y por ello la zona está considerada como la “Toscana” de Alemania. Aquí encontramos el Dr. Bürklin-Wolf Ruppertsberger 2011, es el más complejo de los tres, fresco, mineral e intenso, con una acidez vibrante que no se olvida.
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