domingo, 2 de julio de 2017


¿Cómo detectar si un vino tiene defectos?

(https://www.verema.com/blog/verema/1415938-como-detectar-si-vino-tiene-defectos)

En este artículo vamos a explicar cuáles son los defectos más comunes en un vino y cómo identificarlos, además de las causas que pueden originar que el vino no esté en óptimas condiciones. Si quieres aprender a identificar un vino defectuoso ¡presta atención!
                    Portada Defectos del Vino

Vino picado o avinagramiento

Este primer defecto seguro que es del que más has oído hablar, además se usa con demasiada frecuencia entre los menos entendidos. Este defecto se encuentra en aquellos vinos en los que la acidez volátil está demasiado elevada. La acidez volátil está presente en todos los vinos, pero si es elevada el vino se picará y se avinagrará, y pasará a ser un vino defectuoso que seguro que será rechazado por el que lo va a consumir. Por eso, es importante que la acidez volátil sea lo más baja posible en un vino. Un vino picado se puede identificar por su olor a vinagre y sus sabores agrios y sin intensidad. La causa de este defecto es la proliferación de unos microorganismos aerobios, las bacterias acéticas, que se localizan en las superficie del vino oxidando el etanol a ácido acético. Es una enfermedad del vino muy perjudicial, casi imposible de solucionar.

El TCA y el aroma a corcho

Este defecto es debido a la presencia de unos hongos filamentosos que transforman los clorofenoles en cloroanisoles, y que como resultado dan al vino un gusto a corcho o a humedad. Los clorofenoles son sustacias que se forman cuando el cloro entra en contacto con ciertos materiales que tienen fenoles, como el corcho, el cartón o la madera. Vamos, materiales que habitualmente se encuentran en una bodega, por lo que se reproducen con facilidad en sitios húmedos y con poca ventilación. Así que no hay duda de que las bodegas, por desgracia, son perfectas para ellos. También, algunos hongos pueden infectar la materia prima de los tapones, o sea, la corteza de los alcornoques y dejar restos de cloroanisoles en el corcho.
El compuesto responsable del gusto a tapón en el vino es el 2,4,6-tricloroanisol (TCA); se trata de una sustacia muy volátil, capaz de infectar multitud de materiales y estropear el vino. Se identifica rápidamente en un vino por su olor a corcho, a humedad y/o a moho. Es un defecto muy fácil de identificar, con oler el vino es suficiente, además con la oxigenación se va haciendo más evidente. Las estadísticas hablan de que un 4% de las botellas de vino sufren este defecto, convirtiéndolo en el defecto en el vino más común del mundo. 
                         corcho de vino

La oxidación en el vino

Un defecto bastante común en algunos vinos es la oxidación, que consiste en la formación de acetaldehído (etanal) provocando la oxidación. Ésta es debida principalmente al contacto del vino con el aire aunque el exceso de luz y una mala conservación del vino también producirá el mismo efecto. Su identificación dependerá del nivel de oxidación y de las capacidades perceptivas del catador. En la fase visual un vino oxidado muestra colores sin brillo, y tanto los vinos blancos como los tintos tienden a mostrar tonos marrones. El vino tinto tiende a un color marrón apagado mientras que el blanco se asemeja a un dorado oscuro. En nariz se presenta con un aroma plano y débil sin carácter fresco ni frutal. Por último en la fase gustativa se identifica este defecto por sus sabores amargos y con poca acidez.


Fermentación en botella de un vino tranquilo

Otro defecto que puede estropear un vino es una fermentación no deseada, en este caso sería una fermentación en botella de un vino tranquilo. La causa de que tenga lugar una fermentación en botella generalmente es porque existe un crecimiento no deseado por parte de ciertos microorganismos que se abastecen de los restos de azúcar que hay en el vino provocando una fermentación no deseada. Este hecho tiene como consecuencia la aparición de pequeñas burbujas (el CO2 que se produce en la reacción química de la fermentación) en el vino. Puede tener lugar con la aparición de microorganismos por déficit de esterilidad o por un exceso de azúcar en el momento del embotellado que ligado a un mal control de temperatura puede llevar a esta fermentación no deseada. Para identificarlo, de manera visual podremos ver el vino algo más turbio de lo normal y con presencia de burbujas, aunque el carbónico donde mejor se percibe es en la boca.
                                                Vino con carbónico

Exceso de sulfuroso

El exceso de sulfuroso es otro de los defectos que pueden arruinar un vino. El Dióxido de Azufre o SO2 se usa en la mayoría de vinos para estabilizarlos, prevenir la oxidación e inhibir el desarrollo de microorganismos no deseados que convierten el vino en vinagre. También elimina la actividad enzimática que produce oscurecimiento del vino y otros defectos. El problema surge con el exceso de este agente químico, pudiendo arruinar por completo un vino. El defecto de exceso de sulfuroso se detecta en la fase olfativa y en la de degustación, con un aroma de caucho, naftalina o cerillas recién apagadas y un sabor amargo y con poco gusto. Además desaparecen los sabores afrutados y puede provocar sequedad y picores en la garganta.

Olor a huevos Podridos o compuestos azufrados

Un vino con este defecto se presenta en nariz con un desagradable olor a podrido, como de huevos podridos o vegetales en descomposición. Son olores relacionados con compuestos volátiles azufrados que se originan generalmente por una falta de oxígeno durante su elaboración, por un exceso del sulfuro de hidrógeno en el proceso de vinificación o por una clarificación insuficiente de los mostos. A veces se pueden detectar aromas molestos o extraños en el vino (azufre, huevos podridos, coliflor cocida) que suelen ser aromas de reducción, los cuales, agitando la copa deberían desaparecer.

La presencia de tartratos en el vino

Lo primero que hay que decir en este caso, es que no se considera un defecto del vino.  La aparición de unos pequeños cristales en el fondo de la botella o en la base del tapón, son en realidad precipitaciones tartáricas, es decir, una precipitación de las sales que se forman con el ácido tartárico. Hay que aclarar que este fenómeno no altera las características organolépticas del vino, pues el sabor, olor y color seguirán siendo los correctos, solo que podemos encontrar en el fondo de la botella o tapón unos restos como si fuesen restos de granos de azúcar.
La causa de la aparición de los cristales en el vino es un defecto en la estabilización, y como consecuencia se produce una insolubilización y posterior precipitación de las sales. Hemos añadido este punto para aclarar que cuando se ven esos cristales en el vino puedes tomarlo con total tranquilidad.                    Cristales en el vino
Esperemos que este artículo os haya servido de ayuda a la hora de detectar si un vino tiene defectos, ahora si vuestro vino no  tiene ninguno de ellos sólo os queda difrutal de él. Si aún no sabes cómo catar un vino para disfrutar de todas sus fases puedes entrar en este otro artículo donde te explicamos los pasos a seguir.

sábado, 15 de abril de 2017







¿Cuánto tiempo puede durar una botella de vino abierta?

  • Vino blanco y vino rosado ligero Durará unos 3 días en la nevera si tapamos la botella con una bomba de vacío y su tapón especial.

  • Vino tinto joven o de crianza Puede durar hasta 4 o 5 días. Cuantos más taninos tenga el vino, más aguantará una vez abierto. Para conservar mejor, se debe tapar la botella utilizando una bomba de vacío y un tapón especial, y luego mantenerla en un lugar fresco.

  • Vino tinto envejecido o ligero (con menos taninos)* Puede durar unos 3 días si tapamos la botella utilizando una bomba de vacío y un tapón especial.

  • Vino espumoso Puede durar entre 24 y 36 horas si tapamos la botella con un tapón especial para espumosos o, preferiblemente, con una bomba que insufla aire en la botella para mantener las burbujas y un tapón adecuado.

  • Vino fortificado Puede durar hasta 28 días si lo conservamos en un lugar fresco y tapamos la botella con su corcho. Los vinos dulces naturales (por ejemplo, el Oporto, el Maury o el Rivesaltes) pueden conservarse hasta 6 meses una vez abiertos. Los Oportos de maduración reductiva (en botellas selladas), al ser muy sensibles a la oxidación, no se conservan tanto tiempo como los de maduración oxidativa (en barricas de roble).

  • *Si el vino ha sido decantado, mejor beberlo cuanto antes, porque ya ha tenido una buena dosis de oxidación.


miércoles, 20 de julio de 2016

Los siete errores más comunes a la hora de guardar los vinos en casa

 www.eldiario.es

 El vino es un elemento vivo y en constante evolución que precisa de unas condiciones ambientales correctas para su conservación óptima. 

España es uno de los países de referencia mundial en cuanto a la producción de vinos de calidad. En consecuencia, debería suponerse que la cultura del vino está arraigada entre nosotros y sabemos cómo tratar a este producto tan apreciado en otros países. No es así, todavía seguimos desconociendo la esencia química del vino y por lo tanto lo tratamos como si fuera un ente carente de vida.
Sabemos que la leche se pasa, pero ignoramos que al vino le ocurre lo mismo, incluso cuando somos capaces de gastarnos 50 euros o más en una botella. A continuación relatamos los siete errores más comunes en la conservación del vino, de debemos evitar para no malograr nuestra inversión.

1. Por defecto, todos a la nevera

La primera lección que debemos aprender es que el frío excesivo, así como los cambios bruscos de temperatura, son enemigos de los vinos; de todos. Tanto a tintos, blancos como rosados los 4ºC secos de la nevera les sientan como una pedrada y eliminan buena parte de sus virtudes. Es cierto que tomamos los blancos y los rosados muy muy fríos, sobre todo en verano, pero debemos ser conscientes de que entonces no disfrutamos del vino en su plenitud, sobre todo si tiene un cierto envejecimiento.
Así que por norma ningún vino irá a la nevera si lo podemos evitar, ya que el cambio brusco desde la temperatura ambiente al frío seco de la nevera le hará perder muchos matices y creará precipitaciones de compuestos. Ahora bien, la excepción dependerá del precio y calidad del vino, así como del tipo.
Blancos y rosados muy jóvenes y de poca complicación pueden ponerse en la nevera horas o días antes, si luego los abrimos y los dejamos coger temperatura. Esto jamás es aplicable para los tintos que vamos a consumir; para ellos, y para blancos criados, utilizaremos un cuenco al que añadiremos agua a la temperatura deseada y que mantendremos con hielo o, mejor, renovándola periódicamente para que nos mantenga el vino estable.

2. Dejar el vino en las cajas y/o boca arriba

A veces no podemos resistirnos a las ofertas y compramos más vino del que podemos almacenar: dos, tres, cuatro cajas que luego no sabemos cómo las meteremos en casa. Pueden acabar apelotonadas en el pasillo, debajo de la mesa del despacho, en un cuarto sobrante, etc. Por unas semanas pase, pero deberemos reacondicionar las botellas en un lugar indicado y fuera de las cajas. Una solución a medias es volcar las cajas y abrirlas por el frente, guardando las botellas como si estuvieran en botelleros. 
Foto: Shelah
Foto: Shelah

El primer problema es que el cartón es un buen acumulador del calor, manteniendo las botellas a una temperatura elevada -por encima de los 18 a 20ºC recomendables- que puede acelerar las reacciones degenerativas y oxidativas del vino. El segundo es que las cajas están diseñadas para que las botellas se mantengan de pie, una posición que deja al tapón -si es corcho- expuesto a la sequedad, con lo que puede ganar espacios por donde entre aire y contaminaciones de bacterias y hongos.

3. Usar el estante de arriba de la cocina

Otro clásico es que la cocina tenga de serie un espacio para botelleros a ambos lados de la campana, encima de los fogones. Queda bonito pero para el vino es una carrera desenfrenada hacia la autodestrucción. Supone exponerlo al calor, la sequedad, la luz y los olores; sus peores enemigos. El vino debe estar a oscuras, fresco y ventilado pero húmedo y libre de olores que puedan contaminar el tapón y pasar al interior.

4. El botellero, presidiendo el salón

Si carecemos de vinoteca, el botellero es una buena solución siempre que seamos consumidores constantes y no creamos que un vino nos puede durar ahí años. Ahora bien, deben ser botelleros opacos, de modo que la botella quede a oscuras e inclinada para que el vino empape el corcho.
Pero con tener un botellero no aseguramos la conservación de nuestro vino; precisamos temperatura estable y humedad constante en torno a al 70%. El comedor, donde los cambios de calor y humedad por causa de calefacciones y aires acondicionados son constantes, no es el lugar más indicado para los vinos, que reducirán sensiblemente su durabilidad.

5. Los vinos criados a la vinoteca; los jóvenes a la alacena

Los vinos criados -crianza, reserva y gran reserva- no tienen por qué ser mejores que los jóvenes, no al menos por norma, pero sí que están mejor preparados para durar más y resistir mejor las condiciones de almacenaje. Esto no quiere decir que podamos dejarlos de cualquier manera, ya que normalmente son más caros porque han tenido más elaboración. 
Fto: Pixabay
Fto: Pixabay

Pero sí que pueden resistir bien en una habitación oscura a temperatura estable -siempre por debajo de los 22ºC- y con humedad media alta durante un tiempo prolongado. En cambio, un vino joven, sobre todo un rosado, está menos protegido a los imponderables del ambiente, por lo que estará mejor en la vinoteca si no lo vamos a consumir con prontitud.
Dicho esto, conviene ponderar el valor del vino y uno bueno que nos ha costado caro siempre descansará mejor en la vinoteca. Otros parámetros para medir la durabilidad de un vino son su acidez, los taninos o el grado alcohólico, que juegan a favor de su conservación.

6. Si abrimos la botella, la cerramos con el corcho de nuevo

Una vez abierta una botella, entra el oxigeno exterior cargado de partículas y microorganismos, con lo que se activan una serie de reacciones de degeneración. Lo mejor si no nos acabamos la botella es taparla con una bomba de vacío manual y guardarla en un lugar fresco y oscuro. Pero nunca volverla a tapar con el corcho, pues se ha contaminado, ni meterla en la nevera.

7. Encerramos el vino en una habitación cerrada y sin ventilar

Dejar los vinos en una habitación a oscuras y con temperatura estable por debajo de los 20ºC es una buena opción, pero debemos vigilar la humedad y que tenga buena ventilación para que no florezcan hongos en el corcho ni coja malos olores. No debemos olvidar que los corchos son cierres porosos por donde se intercambian gases y donde prosperan los microorganismos. 

martes, 3 de febrero de 2015

Los mejores vinos blancos de España por menos de 10 euros

Los mejores vinos blancos de España por menos de 10 euros

http://www.abc.es/

 

Cada vez consumidos más vinos blancos. El crítico de ABC selecciona diez marcas a buen precio para no equivocarse


Los mejores vinos blancos de España con un precio máximo de diez euros. Con el añadido de que se está extendiendo el consumo de vino blanco en nuestro país y empieza a interesar este tipo de vinos a todo tipo de público. Todos los precios, salvo error u omisión, que publicamos han sido facilitados por las propias bodegas, y ya en algunas tiendas he encontrado alguno de estos vinos con un precio inferior al marcado aquí. También es posible que puedan comprobar el caso contrario, pues en esta banda de precios la variación entre distintos establecimientos es casi tan grande como en el caso de vinos con precios ya en el entorno de los cien euros. Son diez vinos, de los cuales no hay esta vez ninguno procedente de Galicia por razón de precio y de una añada (2013) que aunque nadie alce la voz a este respecto, al menos algunos de los Consejos Reguladores de las Denominaciones de Origen gallegas han sido muy benévolos con ella. Demasiado. De esos diez vinos, cuatro tienen origen en Castilla y León, tres en Cataluña, y los otros se elaboran en Baleares, Castilla La Mancha y País Vasco.

1SUMARROCA XAREL.LO

Mantiene un alto nivel, mucha finura y frescura. Toques cítricos por aquí y por allá, con un equilibrio digno de elogio.
Puntos: 92. Precio: 7 euros. Añada: 2013. Origen: D.O. Penedés.Bodega: Sumarroca. Subirats (Barcelona). Tel: 93 475 01 25/938 911 092. www.sumarroca.es

2CAPRICHO VAL DE PAXARIÑAS

El tiempo en botella le ha dado un esplendor que antes no tenía. Godello del Bierzo en estado puro. Frescura y a la vez dulzura. Todo un reencuentro.
Puntos: 92. Precio: 8-10 euros. Añada: 2013. Origen: D.O. Bierzo.Variedades: godello (85%) y doña blanca. Bodega: Gancedo. Quilós (Léon). Tel: 987 134 980/ 676 984 085. www.bodegasgancedo.com

3SA ROTA BLANCO BARRICA

Distinto. Una chardonnay que se aproxima a su verdad, no a la realidad de esa uva en España. Fresco, fino en boca, muy equilibrado. Parece libre de ataduras. Parece feliz.
Puntos: 92. Precio: 9 euros. Añada: 2013. Origen: D.O. Pla i Levant. Bodegas: Bordoy. Lluchmajor (Baleares). Tel: 646 619 776. www.bodegasbordoy.es

4BLANCO NIEVA PIE FRANCO

Ha recuperado el número uno de Rueda en este nivel de precios. Intensidad en nariz, con aromas de fruta madura, hinojo, minerales y ahumados. Gran volumen, sabroso y con nervio en su paso por boca. Fresco y joven.
Puntos: 92. Precio: 9,40 euros. Añada: 2013. Variedad: verdejo.Origen: D.O. Rueda. Bodega: Viñedos de Nieva. Nieva (Segovia). Tel: 921 594 628. www.vinedosdenieva.com

5AIRE EN EL PATIO

Distinto. Aromas a manzana, casi como una sidra con un toque particular, como un calvados quizá. En boca también es un ser ajeno, muy vivo, corpulento, grande. Por probar… Deberían probarlo, aunque no es para todos los públicos.
Puntos: 92. Precio: 9 euros. Añada: 2013. Origen: Vino de la Tierra de Castilla La Mancha. Variedad: airén. Bodega: Samuel Cano. Mota del Cuervo (Cuenca). Tel: 666 012 558.

6QUINTALUNA


Es un poquito pesado al final después de darte lecciones de amabilidad, verdad y sabor. Sensaciones demasiado grandes que le hacen perder frescura. Muy bueno, con algún reparo.
Puntos: 92. Precio: 6,70 euros. Añada: 2013. Origen: Vino de la Tierra de Castilla y León. Variedad: verdejo. Bodega: Ossian. Nieva (Segovia). Tel: 983 878 020. www.ossian.es

7ÁCRATA ALBILLO

La esencia del vino es una uva albillo espectacular. En nariz sorprende la intensidad aromática de flores blancas unidas a manzana verde, pera y a perfume de mandarina. La boca es voluminosa, marcada por una grasa que nos envuelve toda la boca de principio a fin. Largo, profundo y único.
Puntos: 92. Precio: 8 euros. Añada: 2011. Origen: Vino de la Tierra de Castilla y León. Variedades: albillo blanco (45%), pirulés, garnacha blanca, moscatel y airén. Bodega: Kirios de Adrada. Adrada de Haza (Burgos). Tel: 947 531 096. www.kiriosdeadrada.com

8GESSAMÍ

Muchos no le considerarán por sus notas de dulzura, pero esas notas son como un juguete. Y un juguete en manos de Gramona es un tesoro. Suficiente frescura en boca. Una delicia bien fácil.
Puntos: 92. Precio: 9 euros. Añada: 2013. Origen: D.O. Penedés.Bodega: Gramona. San Sadurní de Noya (Barcelona). Tel: 938 910 113. www.gramona.com

9MARQUÉS DE ALELLA

En la nariz explota toda la personalidad de la pansa blanca afrutada y untuosa. En boca es un vino con volumen, largo y muy peculiar, dejando este leve regusto de dulzura de la uva.
Puntos: 92. Precio: 8 euros. Añada: 2011. Origen: D.O. Alella.Variedad: pansa blanca. Bodega: Marqués de Alella. Tiana (Barcelona). Tel: 93 395 08 11. www.marquesdealella.com

10UPAINGOA

Ha recuperado su ser en esta añada tan complicada. Notas minerales, perfumes, flores y cítricos. Todo en equilibrio, todo rico. Final suficiente. Muy vivo.

Puntos: 92. Precio: 7,50 euros. Añada: 2013. D.O. Getariako Txakolina. Variedades: hondarribi zuri, petit courbu y riesling.Bodega: Naparralde. Oñate (Guipúzcoa). Tel: 948 782 255. www.upain.es